Entre dos esquinas
El exiliado tiene el privilegio del "forastero", es decir, la mirada, extraña de quien no comparte una historia ni una lengua común; se trata de una mirada doble o ligeramente estrábica que se acostumbra a no admitir nada como natural. Jose Luis de Diego
martes, 6 de septiembre de 2016
jueves, 28 de enero de 2016
Mis artículos y entrevistas
Aquí tenéis mi artículo sobre mi vida en Grecia del 2000 al 2014
http://www.fronterad.com/?q=entre-dos-mares-mi-vida-en-grecia
En este programa me veréis en la isla en que viví 8 años, es el penúltimo vídeo
http://www.asturianosenelmundotpa.com/europa/atenas
Y esta entrevista que me hicieron para Onda Cero
http://www.ondacero.es/programas/te-doy-mi-palabra/audios-podcast/amanecemos-isla-griega-siros_20140705553fb84f0cf21d2cb1b4196b.html
http://www.fronterad.com/?q=entre-dos-mares-mi-vida-en-grecia
En este programa me veréis en la isla en que viví 8 años, es el penúltimo vídeo
http://www.asturianosenelmundotpa.com/europa/atenas
Y esta entrevista que me hicieron para Onda Cero
http://www.ondacero.es/programas/te-doy-mi-palabra/audios-podcast/amanecemos-isla-griega-siros_20140705553fb84f0cf21d2cb1b4196b.html
martes, 10 de junio de 2014
TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A TI (así dice en el grafiti)
Ya me despido por fin de esa Atenas anarca y decadente...
Venía aquí hace tiempo
Antes del yugo del amor,
antes de los hijos.
En aquella época mis alas eran blancas.
Las alas se deshicieron y quedó mi espalda aterida,
helada.
Caminando por las calles de Exargeia siento de nuevo que mis alas crecen,
crecen con fuerza pero son negras.
Negras y abismales, tejidas con pasión y libertad.
Libertad.
Libertad, hija perdida,
tuve que conquistar mi cuerpo
ocupado.
Para encontrarnos de nuevo, cara a cara
Έχω να πω αντίο σε αυτή την ξεπεσμένη αναρχικη Αθήνα ...
Ερχόμουνα εδω χρονια πριν
Πριν από το ζυγό της αγάπης,
πριν από τα παιδιά.
Εκείνη την εποχή είχα άσπρα φτερά.
Τα φτερά κατέρρευσαν και έμεινε η πλάτη μου παγομένη.
Περπατώντας στους δρόμους της Εξάρχειας μεγαλώνουν ξανά τα φτερά μου,
αλλά τωρα είναι μαύρα.
Μαύρα και αβυσσαλέα, υφασμένα με το πάθος και την ελευθερία.
Ελευθερία.
Ελευθερία! χαμενη μου κόρη.
Βρισκομαστε ξανά για να αντιστεκόμαστε πρόσωπο με πρόσωπο.
Για να είμαι μαζί σου, έπρεπε πρώτα να κατακτήσω το σώμα μου.
martes, 15 de abril de 2014
El mar ofrece, une, enlaza, conecta, permite la vida. El mar también puede asesinar, limitar, apresar y ahogar.
Cascadas abiertas, ríos tan grandes que destrozan las cadenas. Romper los muros que tratan de enterrarnos.
Ventanas heridas que por fin dejan pasar la luz.
Bienvenido el viento que golpea y empuja las velas.
Verse atrapado sin medios, sin nada, con los caminos y las alas cortadas. No tener alternativas. Esperar a que el destino nos enseñe nuevos caminos. Aceptar un discurso absurdo para amoldarse a la vida que no deseas, a esa que te asfixia. Aceptar la cárcel, la imposibilidad, amarrarte tú solo las manos y esperar. Esperar la nada.
Tener la fuerza necesaria, el valor para despedazar todas las mentiras. La solución no está en aferrarse a alguien. Es necesario el camino a solas.
La soledad es benevolente, melancólica, dulce, una de las grandes verdades que tememos. Sin ella no hay fin ni comienzo, solo un mundo ruidoso de palabras inciertas.
Hay varias clases de amor, no hay uno solo. Hay amores que te cuidan tanto que estrangulan. Hay amores que liberan, aceptan y renuncian.
Como el mar vencedor o vencido.
Inmigrantes, emigrantes que caminan, que sortean obstáculos, que suben murallas, que cortan sus manos sobreviviendo a dentelladas. Existe en el hombre
la esperanza.
Esa luz ciega entre sus dos ojos.
Esas manos que rehuyen incertidumbres, que construyen
caminos.
Manos heridas y sabias.
Caminos anchos, caminos libres.
Casas de barro que pueden destruirse.
Casas de paja arruinadas por el viento.
Mansión en la que esperamos la muerte.
Cielo abierto, lleno de horizontes. Manos amigas que lloran contigo y que escuchan.
Un mundo para ti, una esperanza, un regalo incierto.
La puerta está abierta.
Barca dispuesta, izamos las velas, levamos el ancla.
Cascadas abiertas, ríos tan grandes que destrozan las cadenas. Romper los muros que tratan de enterrarnos.
Ventanas heridas que por fin dejan pasar la luz.
Bienvenido el viento que golpea y empuja las velas.
Verse atrapado sin medios, sin nada, con los caminos y las alas cortadas. No tener alternativas. Esperar a que el destino nos enseñe nuevos caminos. Aceptar un discurso absurdo para amoldarse a la vida que no deseas, a esa que te asfixia. Aceptar la cárcel, la imposibilidad, amarrarte tú solo las manos y esperar. Esperar la nada.
Tener la fuerza necesaria, el valor para despedazar todas las mentiras. La solución no está en aferrarse a alguien. Es necesario el camino a solas.
La soledad es benevolente, melancólica, dulce, una de las grandes verdades que tememos. Sin ella no hay fin ni comienzo, solo un mundo ruidoso de palabras inciertas.
Hay varias clases de amor, no hay uno solo. Hay amores que te cuidan tanto que estrangulan. Hay amores que liberan, aceptan y renuncian.
Como el mar vencedor o vencido.
Inmigrantes, emigrantes que caminan, que sortean obstáculos, que suben murallas, que cortan sus manos sobreviviendo a dentelladas. Existe en el hombre
la esperanza.
Esa luz ciega entre sus dos ojos.
Esas manos que rehuyen incertidumbres, que construyen
caminos.
Manos heridas y sabias.
Caminos anchos, caminos libres.
Casas de barro que pueden destruirse.
Casas de paja arruinadas por el viento.
Mansión en la que esperamos la muerte.
Cielo abierto, lleno de horizontes. Manos amigas que lloran contigo y que escuchan.
Un mundo para ti, una esperanza, un regalo incierto.
La puerta está abierta.
Barca dispuesta, izamos las velas, levamos el ancla.
miércoles, 29 de enero de 2014
No quise acercarme
No quise acercarme,
te vi desde lejos y no me atrevía.
Te escuché gritar
y te di la espalda.
No pude ayudarte
Demasiadas heridas para alguien aún ileso.
Busco otros caminos, otros horizontes.
Otras mujeres de vientres vírgenes.
Vírgenes de desesperación, vírgenes de tu agonía.
Perdóname, no pude liberarte.
Tus manos entre cadenas, tu mirada de fuego.
Tus ojos, dos cuencas vacías de futuro.
No pude consolarte
"Sin alas no hay amor, solo un triste final, una sumisión perfecta"
Decía tu boca entre dientes.
Madre triste, hermosa mujer imperfecta.
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